La huella de carbono existe en todas las actividades de los seres vivos. También en la arquitectura, en la rehabilitación y construcción de viviendas, donde representa un 45% de todas las actividades del planeta. “Tiene una equivalencia en producción de CO2” explica el arquitecto Eugenio Díaz que nos pone un ejemplo, “la edificación de una vivienda de unos 100 metros cuadrados puede suponer en torno a unas 300 toneladas de carbono”.
Y esa contaminación se prolongará durante toda la vida del inmueble. “Si un edificio va a durar 100 años, por ejemplo, su contaminación en CO2 va a ser el volumen de todo el edificio. Nos imaginamos el edificio como una bola de carbono inmensa y eso es lo que contamina el edificio desde que nace hasta que muere”. Ante esta realidad añade Eugenio, “la meta es bajar el nivel de carbono a la mitad para reducir el alto porcentaje de emisiones contaminantes que supone la construcción en el mundo.
Arquitectura más sostenible
“Los arquitectos tenemos una responsabilidad a la hora de buscar la reducción de la huella de carbono en las viviendas”. Hay dos ramas importantes en las que pueden intervenir. Por un lado, el proyecto y la edificación y por otro, la educación de la población para que entienda el problema al que nos enfrentamos. De ahí la importancia de poner en valor las edificaciones que usan materiales reciclados y también aquellas que tienen en cuenta el aislamiento y la orientación.
En los próximos años se espera un desarrollo bastante grande en lo relativo a edificación residencial en los países emergentes. Eugenio argumenta que va a ser clave la aportación de los países más desarrollados en materia tecnológica y educativa para que el resto demande este tipo de construcciones y se sumen al reto de la sostenibilidad.
“Los arquitectos tenemos una responsabilidad a la hora de buscar la reducción de la huella de carbono en las viviendas“
Materiales y contaminación
Dentro de este sector los materiales más contaminantes son el hormigón y el acero. El hormigón es el más utilizado en todas partes porque su fabricación es fácil, sin embargo, tiene un alto consumo energético y un gran impacto en el medio ambiente.
Frente a esto está la construcción más tradicional donde la madera es uno de los elementos más utilizados. La madera es un material no contaminante. “En su procesado tiene huella de carbono, como todo, pero es mínima” aclara Eugenio que también apuesta por la piedra, siempre que su traslado no incremente su índice de CO2. Y en eso incide también, en el transporte. “Se está trabajando en la eficiencia en el transporte con el uso de energías renovables. Cuando esto se implemente, la utilización de la piedra y la madera será una pieza clave en este proceso”
