Resumen:
Debido a su condición estética y a situaciones como el tener su superficie vista, el concreto arquitectónico debe ser tratado con sumo cuidado incluso desde su concepción arquitectónica. En el siguiente artículo presentaremos algunas recomendaciones de los aspectos más importantes a tener en cuenta en la fase del proyecto para las especificaciones constructivas y la selección de materiales.
Especificaciones requeridas
Al diseñar una superficie de concreto a la vista, las características del acabado se deben evaluar en la primera etapa del proyecto, tanto en lo que se refiere a la producción y los costos como a las posibilidades de éxito. Una relación de las especificaciones técnicas normalmente implica establecer tres parámetros fundamentales: dimensiones del elemento, propiedades del concreto y cantidad de refuerzo. Es indispensable detallar y especificar en los planos esta información para lograr una perfecta interpretación de las normas, distancias, dimensiones y procesos a desarrollar en la obra.
La falta de características, especificaciones y términos explícitos generalmente obliga al constructor a improvisar. Por esta razón suelen fracasar en la práctica y derivan en diferencias de opinión sobre los objetivos especificados entre las partes para aplicar al contrato, además muchas veces el arquitecto proyectista subestima el costo y los riesgos que implica la elaboración de superficies de concreto visto, y descuida su propia contribución en el proceso. Así mismo, en la mayoría de los casos las condiciones para la adjudicación del contrato se basan en función del precio más bajo, incluso en el caso de requerimientos de alta calidad.
La construcción en concreto a la vista suele carecer de unas definiciones normalizadas, lo cual da lugar al uso de una terminología imprecisa durante el proceso constructivo. Por ello debe tenerse un estricto rigor en los documentos del contrato, planos y especificaciones, respecto a la localización y apariencia deseada de las superficies arquitectónicas.
Selección de materiales y del proceso constructivo
La aprobación de los materiales por parte del arquitecto, si así se establece en las condiciones del contrato, debe basarse en la manera en que la calidad de los materiales afecta la calidad del trabajo terminado. Cuando la apariencia de la superficie del concreto es un factor crítico, el arquitecto deberá notificarlo en forma especial y tomar las previsiones necesarias en las muestras o prototipos de pre-construcción.
El arquitecto o proyectista debe conocer cuáles son los condicionantes y los detalles que hay que cuidar, pues sin este conocimiento las exigencias del proyecto, en cuanto a calidad y acabado de la superficie, pueden estar por fuera de lo que es razonable conseguir en la práctica.
Color
El proyectista debe definir el color del concreto, ya sea influenciado por el color propio de sus componentes; es decir del cemento, los agregados y las arenas o a través de la incorporación de pigmentos o colorantes dentro de la mezcla. Debe especificar las características propias de cada uno de los componentes, procedencia y/o fabricante.
Textura y tratamientos
En los planos arquitectónicos se debe especificar el tipo de textura deseado, evitando que este sea un tema de improvisación. Existe una amplia gama de texturas y tratamientos tanto directos como indirectos a través de la introducción de otros materiales o a través de métodos de aplicación característicos ya sea empleando medios manuales, mecánicos o químicos.
Material de la formaleta
Si el diseño particular o los acabados que se desean, requieren de una atención especial, el arquitecto debe especificar en los planos y pliegos de condiciones la definición y elección del encofrado y debe abarcar los siguientes puntos:
- Definición geométrica de las piezas.
- Tolerancias admisibles en los elementos terminados.
- Condición de las juntas de contracción y dilatación, además de los detalles que definan su ejecución.
- Previsión de juntas de vaciado, donde deben hacerse y donde evitarse, definiendo también su realización.
- Acabados que requieran tratamientos superficiales.
- Relación de puntos afines con el encofrado que sea necesario aprobar en obra antes de su empleo (modulación, disposición de tensores, ocultado de agujeros, etc.)
- Nivel de calidad de la superficie.
Muestras de campo o prototipos
Se recomienda desarrollar muestras de referencia del diseño para que las apruebe el arquitecto, es decir, especímenes más pequeños de concreto con el acabado propuesto de la superficie.
Las muestras de este tipo deben hacerse como un modelo a escala y resultan muy útiles para determinar el acabado que se quiere lograr y observar los diferentes problemas que puedan presentarse en la ejecución, además elimina el riesgo de unas especificaciones insuficientes e improvisadas.
Las superficies de construcciones existentes pueden servir para ilustrar una idea de diseño en el curso de la licitación, como, por ejemplo, fotos, visitas a edificios, etc., sin embargo, no pueden usarse como muestras de referencia porque se trata de una selección inaceptable dentro de la calidad global de la construcción existente, algunas veces se desconocen los materiales o métodos de construcción y los agentes que afectan al envejecimiento de las superficies, efectos que no pueden considerarse en elementos nuevos de concreto
Obtener un concreto arquitectónico o superficies de concreto a la vista defectuosas genera procesos caros y con resultados ineficientes a largo plazo que pueden prevenirse desde el proyecto. Por lo tanto, se debe lograr que desde su planeación se establezcan las condiciones requeridas, con una rigurosa descripción de los materiales y procedimientos.