- Actualmente se está investigando desde diferentes áreas la manera de almacenar la energía proveniente de fuentes renovables.
- Investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers (Suecia) han desarrollado unas baterías de cemento capaces de almacenar esa energía.
- Aunque el proyecto está en una fase inicial, los resultados son esperanzadores, ya que permitiría dotar a los edificios de nuevas funcionalidades.
El actual problema de almacenar la energía renovable en las viviendas puede tener su solución en unas baterías de cemento instaladas en las paredes de los hogares.
Imagínate un bloque de viviendas de hormigón de 20 pisos que funciona como una batería gigante. Esto es lo que investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia han desarrollado.
El grupo de investigación está experimentando con distintos materiales la manera de tener baterías en cada casa y poder utilizar esa energía cuando el sol no brilla o el viento no sopla.
El proyecto de investigación consiste en una base de cemento a la que añaden pequeñas cantidades de fibras de carbono para aumentar la conductividad y la resistencia a la flexión.
A esa mezcla, posteriormente se incorpora una malla de fibra de carbono recubierta de metal —hierro para el ánodo y níquel para el cátodo—. Esto permite producir el electrodo necesario de manera más eficiente.
“Esta idea que hemos desarrollado —que además es recargable— nunca se había explorado antes en el campo de las baterías de hormigón. Ahora tenemos una prueba de concepto a escala de laboratorio”, explica Emma Zhang, investigadora de la Universidad Tecnológica de Chalmers y parte del equipo del proyecto.
Estas baterías de cemento pueden almacenar unas 10 veces más energía que las estructuras desarrolladas anteriormente.
Sin embargo, señalan los investigadores, la densidad energética sigue siendo baja en comparación con las baterías comerciales.
Aunque esta limitación podría superarse gracias al enorme volumen con el que podría construirse la batería cuando se utilice en edificios, añaden.
La cualidad más importante de estas baterías es que son recargables. Además, tiene múltiples aplicaciones, como la alimentación de LEDs, o la provisión de redes de conexión 4G en zonas remotas.
“También podría combinarse con paneles de células solares, por ejemplo, para suministrar electricidad y convertirse en la fuente de energía para los sistemas de vigilancia de las autopistas o los puentes, donde los sensores operados por una batería de hormigón podrían detectar grietas o corrosión”, sugiere Zhang.
En cuanto a la utilización de esta tecnología en edificios como oficinas o viviendas, Zhang se muestra optimista.
“En el futuro esta tecnología podría permitir secciones enteras de edificios de varias plantas hechas de hormigón funcional. Teniendo en cuenta que cualquier superficie de hormigón podría tener una capa de este electrodo incrustada, estaríamos hablando de enormes volúmenes de hormigón funcional” comenta.
Desde un punto de vista sostenibilidad este modelo no es perfecto. Sin embargo, el hormigón es el material de construcción más utilizado en el mundo, y de esta manera tendría una nueva funcionalidad.
Esta tecnología todavía está en una fase inicial y es pronto para hablar de su comercialización.
La dificultad más grande que estudian los investigadores es cómo responderán al paso del tiempo, ya que las estructuras de hormigón están pensadas para durar incluso más de 100 años.
“Este es el mayor reto a nivel técnico. Habría que perfeccionar las baterías para que sean más fáciles de intercambiar y reciclar cuando se acabe su vida útil” apunta Zhang.
Sin embargo, los investigadores se muestran optimistas y apuntan que esta investigación puede ayudar a que los edificios del futuro tengas nuevas funcionalidades como fuentes de energía renovable.