Las 40 empresas aglutinadas en la Asociación Global del Cemento y Concreto (GCCA, por sus siglas en inglés) se comprometieron a recortar sus emisiones de carbono 25 por ciento hacia 2030, lo que marca un “paso decisivo” en su transición hacia una industria de concreto cero emisiones netas de CO2 para 2050.
La Fundación We Are Water, en colaboración con Roca, The American Institute of Architects, Gobierno de la Región de Murcia y Diamond Resorts, organizó ayer 14 de octubre, una nueva jornada de Smart Water, el conjunto de charlas cuyo objetivo es aportar una visión transversal y multidisciplinar de la problemática del agua, principalmente orientada a los desarrollos y proyectos constructivos.
La huella de carbono existe en todas las actividades de los seres vivos. También en la arquitectura, en la rehabilitación y construcción de viviendas, donde representa un 45% de todas las actividades del planeta.
El cambio climático es uno de los mayores desafíos de este siglo, y el sector de la construcción y, concretamente, la industria del hormigón, tienen un papel clave a la hora de afrontar la transición hacia una economía baja en carbono.
Los autores destacan la importancia que tiene el descubrimiento en cuanto a aplicación práctica, puesto que los hormigones modernos tienen mucho que envidiar al que usaban los romanos.
Camacol estima que este año las iniciaciones de obras sean más de 160.000. La cifra es muy positiva y les ha permitido a las empresas cementeras tener buenos resultados en comercialización de cementos.
El actual problema de almacenar la energía renovable en las viviendas puede tener su solución en unas baterías de cemento instaladas en las paredes de los hogares.
La M-house no es precisamente un proyecto actual, de hecho, fue concebida hace 24 años como una pequeña casa de vacaciones con capacidad para dos personas en el sur de California.
