Los manglares mantienen una rica biodiversidad y proporcionan un valioso hábitat de reproducción para peces y crustáceos.Estos son una forma natural de defensa costera contra las marejadas ciclónicas, los tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión. Sus suelos son sumideros de carbono eficientes, capturando grandes cantidades de carbono.
Por otro lado, los manglares están desapareciendo a un ritmo de tres a cinco veces más rápido que los bosques del mundo, con graves impactos ecológicos y socioeconómicos. Las estimaciones actuales muestran que el área de manglares se ha reducido a dos árboles en los últimos 40 años.
La destrucción de estos no solo afecta a la naturaleza, sino también a los asentamientos humanos que se encuentran en zonas aledañas a este tipo de ecosistemas, esto pone en riesgo la soberanía alimentaria de los pueblos ya que, los manglares sirven de barrera natural para evitar estragos de eventos naturales y demás problemas graves originados por el cambio climático.
A nivel internacional la UNESCO está comprometida a apoyar la conservación de los manglares y a promover el desarrollo sostenible de sus comunidades locales.