Dada la importancia cultural de la naturaleza como definitoria de la identidad de un pueblo, siendo el espejo y la materialización de cada individuo —mucho más que un medio de supervivencia— sus características deben ser cuidadas y preservadas. De esta forma, tanto las técnicas constructivas utilizadas como los materiales seleccionados reflejan una calidad estructural, estética y sostenible que no solo aportan estabilidad y protección, sino que son un canto a la naturaleza y la colectividad.