Un alto ejecutivo de una compañía electrónica habría realizado múltiples donaciones a organizaciones sin ánimo de lucro, las cuales, presuntamente, tendrían fines caritativos en nombre de la organización. Sin embargo, después salió a la luz pública que algunas personas vinculadas al gobierno serían los verdaderos beneficiarios de estas contribuciones y que el objetivo de los aportes podría no ser propiamente benéfico.

Este vínculo entre las organizaciones benéficas y el gobierno llevó a una investigación por posible violación de las regulaciones antisoborno y anticorrupción, en las cuales se cuestionó si las verdaderas intenciones de estos pagos eran otorgar sobornos para obtener beneficios indebidos del gobierno, en lugar de un propósito filantrópico. 

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Este caso nos enseña que incluso las pequeñas decisiones pueden traer grandes cambios dentro de las organizaciones, tanto positivos como negativos. Es posible que la suerte de esta empresa hubiera sido diferente de haber sido diligentes en la identificación de los beneficiarios reales de las donaciones mediante conductas como:

• Conocer las entidades sin ánimo de lucro a las que se donarán recursos y comprobar sus antecedentes o alertas en listas restrictivas o fuentes de información pública.
• Abstenerse de otorgar regalos o cortesías a autoridades o funcionarios públicos con el objetivo de influir indebidamente en sus decisiones.
• Registrar adecuadamente las donaciones, patrocinios o contribuciones a la democracia en los sistemas contables.
• Solicitar asesoría legal antes de celebrar acuerdos o contratos con el Estado o las autoridades públicas con el fin de garantizar el cumplimiento de la normativa aplicable.
• Rechazar el otorgamiento de sobornos a las autoridades a través de la contratación o intermediación de terceros como agentes, consultores o proveedores de la compañía.
• Las contribuciones, donaciones o patrocinios a organizaciones benéficas, fundaciones, asociaciones sin ánimo de lucro siempre tendrán un fin lícito y nunca servirán para encubrir sobornos.
• Excepcionalmente, podemos financiar campañas electorales siempre y cuando estos aportes busquen promover la democracia, se ajusten a la legislación vigente y no busquen ventajas indebidas para la empresa.

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