Hacer equipo puede ser tan fácil como trabajar con dos o más personas de una misma área para sacar un proyecto adelante. Pero si realmente queremos obtener resultados extraordinarios debemos ir un poco más allá y trabajar primero en nosotros mismos.

Todo comienza con nuestros valores.

Para trabajar en equipo debemos practicar algunos valores: humildad, valentía, adaptación, transparencia y respeto. Cuando contamos con esos atributos se desencadenan principios que también nos ayudarán a trabajar con otros: calidad, simplicidad y colaboración.

¿Qué puede ocasionar que el equipo fracase?

Vivimos en un mundo de constante cambio y no nos podemos dar el lujo de tardar mucho en la entrega al mercado de una solución. La competencia es cada vez más fuerte y hoy, más que nunca, debemos anticiparnos para mantener a nuestros clientes satisfechos. Un equipo fracasa cuando la solución entregada es obsoleta o no es lo que su cliente esperaba. También falla cuando no se utilizan bien los recursos otorgados o se usan sin entregar una solución funcional.

Pero ¿para qué trabajamos en equipo?
Es una forma para lograr resultados de calidad en menor tiempo, promover la creatividad, la confianza, el sentido de compromiso y complementar habilidades entre individuos. Para ello es importante tener en cuenta:
Metodología: nos permite lograr resultados sostenibles, ejemplo: Design thinking, Lean Startup y Scrum, son solo algunas que podrían funcionar.	Relaciones: son clave para la obtención de resultados y mejor rendimiento del equipo.	Disciplina y compromiso: el éxito del proyecto lo garantiza la disciplina y el compromiso de cada integrante del equipo.	Comunicación: permite mayor claridad de las necesidades y facilita la retroalimentación. Es importante priorizar la comunicación directa o cara a cara.