Seguir estas recomendaciones es clave para evitar las pérdidas de cemento ocasionadas por desgarros o roturas de los sacos. Aplícalas, compártelas con los clientes o con aquellas personas a las que puedan servirles:
- Asegúrate de que el lugar donde ubicas los sacos de cemento tenga facilidad para el acceso de quienes los manipulan y para el medio de transporte de cargue y descargue de los productos.
- Habilita teleras, tarimas o estibas como superficie de almacenamiento, las cuales deben permanecer al menos a 15 centímetros del suelo y niveladas.
- El cemento es un material sensible a la humedad, si se mantiene seco, conservará su calidad por tiempo prolongado. Por eso, la importancia de almacenarlo bajo techo y alejado de paredes para que no entre en contacto con el agua. Si esto ocurre, debe ser usado inmediatamente.
- Establece un límite de 15 sacos como altura máxima para apilar el cemento. Esto evita el colapso de la estructura, minimizando las posibilidades de accidentes y facilitando el acceso a los sacos inferiores.
- Verifica que en el lugar elegido para el almacenamiento de los sacos no haya otros productos que puedan deteriorar o contaminar el cemento. Cualquier alteración del producto puede ocasionar problemas durante su uso y aplicación.
- El cemento no debe ser almacenado por más de dos meses. Para evitar que permanezca en buen estado durante más tiempo, haz control del inventario y rotación, teniendo presente que los sacos más antiguos deben ser los primeros en salir.
Al poner en práctica las recomendaciones anteriores, aseguras un almacenamiento óptimo del cemento, lo que permite la entrega de materiales que mantienen su calidad intacta y garantizan la satisfacción de los clientes.