Este concepto propone el logro de objetivos de desarrollo satisfaciendo las necesidades del presente sin comprometer los recursos necesarios para el bienestar de las futuras generaciones.
Este término aparece por primera vez en 1987 con la publicación del Informe de Brundtland donde alertaba las consecuencias medioambientales negativas sobre cambio climático, escasez de agua y desigualdad en acceso a recursos, todo esto como consecuencia del desarrollo económico y la globalización.
El desarrollo sostenible nace entonces para poner en marcha posibles soluciones armonizadas en progreso social, equilibrio medioambiental y el crecimiento económico en pro de afrontar los problemas derivados de la industrialización y el crecimiento poblacional.
Las Naciones Unidas estableció en la agenda de 2030, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un llamado a todos los países del mundo para hacer frente a los desafíos que vive la humanidad y garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades y mejorar su calidad de vida.