Fuente: archdaily.co
Las infraestructuras urbanas entregan comodidad a sus habitantes y mitigan posibles riesgos de desastres, como inundaciones. Los subterráneos, en concreto, quitan de nuestras vistas los sistemas urbanos y se configuran como auténticos laberintos bajo las calles. Distribución de agua potable, saneamiento urbano, alcantarillado e incluso cableado eléctrico y de fibra óptica, pasan bajo nuestros pies sin que nos demos cuenta.
Para ello, la industria lleva más de 100 años desarrollando piezas prefabricadas de hormigón, que aportan rapidez de construcción y adecuada resistencia al esfuerzo. Los tubos de hormigón de sección circular, en sus más diversos diámetros, son quizás los conductos más utilizados y ubicuos en el mundo. Pero hay quienes también utilizan estas estructuras en usos arquitectónicos creativos.
Los tubos de hormigón son conductos rígidos, con estructura propia, que pueden contener o no refuerzo metálico, según sus exigencias estructurales. Su geometría le permite soportar adecuadamente el peso de la tierra y otras cargas estructurales accidentales. Estas piezas se dimensionan y especifican según el caudal, su especificidad (conducción de aguas pluviales o aguas residuales, por ejemplo) y según la resistencia mecánica que actuará sobre la pieza. En arquitectura, quizás el primer uso que se viene a la mente es en parques infantiles. Un tubo de hormigón es, en sí mismo, un juego divertido.
Enfocada en los niños y niñas, la Infraestructura Sanitaria Toigetation de H&P Architects utilizó tramos de tubos para crear lavamanos adecuados a su altura, variando su función original al ubicar las piezas en posición vertical.
Además, estos elementos se pueden utilizar como superficies verticales apiladas. En el proyecto VARDstudio, los tubos de hormigón, disponibles cerca de la obra, actúan como elementos de amortiguación de las vistas, como una segunda envolvente de tubos de hormigón: pesada, terrosa y de baja tecnología. Proporcionan protección adicional frente al clima, específicamente el sol y el aire, y ayudan a filtrar las vistas hacia y desde el hogar. Las paredes tubulares son donde termina la privacidad de la residencia.
En el proyecto del Hotel Prahran, de Techne Architecture + Interior Design, los grandes tubos de hormigón se utilizan ampliamente en el proyecto, formando una nueva fachada junto al edificio histórico e incluyendo los mismos elementos en el interior. En palabras de sus arquitectos:
“El uso de grandes tubos de hormigón apilados para la fachada nos impresionó por varias razones: tienen profundidad y pueden ser interactivos, tienen una calidad dramática y escultórica, se refieren a motivos circulares internos existentes y surgen como una serie de barriles apilados”.
La versatilidad de las dimensiones de las piezas, ya sea en sección transversal o en longitudinal, permite que se utilicen para programas aún más complejos. Inspirado en la experiencia de 2006 del arquitecto Andreas Strauss, con Desparkhotel, en el que utiliza tubos de hormigón reciclado para crear las habitaciones del hotel, el proyecto TuboHotel, de T3arc, en México, utiliza una solución similar. Cada módulo simple tiene una cama doble apoyada en las paredes del tubo, en la que una de las paredes está cerrada por un marco de metal. Por su solidez, el hotel cuenta con grupos de hasta 3 piezas superpuestas, accediendo a las habitaciones superiores a través de una escalera exterior.
Pero hay arquitectos que van aún más allá en sus propuestas. Opod Tube House, diseñada por James Law Cybertecture, es una unidad de vivienda experimental de bajo costo, una micro-vivienda, construida a partir de un tubo de hormigón de 2.5 metros de diámetro. El proyecto utiliza una estructura de concreto para albergar un apartamento para una o dos personas, incluyendo una sala, cocina y baño en 9.29 metros cuadrados. Las piezas se pueden apilar para convertirse en un edificio de poca altura, formando una comunidad modular en muy poco tiempo, que se puede ubicar y reubicar convenientemente en diferentes lugares.
Si estos tubos proporcionan o no una calidad de vida adecuada a sus residentes es otro debate. Pero los ejemplos aquí reunidos sirven para mostrar que la arquitectura puede resignificar los elementos más diferentes, dando forma a espacios innovadores e interesantes para los usuarios. Las posibilidades son infinitas.